El viaje por Asia fue en su mayoría planificado con Santi, con lujo de
detalle desde enero hasta principios de abril, cuando Santi pensaba volver a
Uruguay pero terminó yendo a Europa. En mi caso, al tener el pasaje de vuelta a
Montevideo para mitad de mayo, tenía poco más de un mes para seguir viajando,
pero debía decidir a dónde!
Durante gran parte del viaje por Asia, constantemente fui pidiendo
recomendaciones sobre lugares a visitar, y así fue como decidí ir a Birmania.
Sobre India, aquéllos que fueron me decían que es un país que no pasa
desapercibido, sino que es un país odiado o amado, generalmente sin punto
medio. Luego de decenas de comentarios, elegí India como destino de mis últimas
dos semanas de viaje, previo a pasar por Sídney por una semana para después
volver a Uruguay, a casa.
Me fui para India nomás, el segundo país más poblado del mundo con 1.214
millones de habitantes. Apenas
llegué al aeropuerto desde Bangkok me encontré con el taxista de la guest house
que había contratado previamente. Cuando me vio insistió en llevarme mi mochila
o el carrito donde llevaba la mochila, a lo que me negué en reiteradas
ocasiones. Su reacción fue la siguiente frase: “I like your personality” (“Me
gusta tu personalidad”). Extraña bienvenida al país…
Arribé a Delhi, la capital del país con 14 millones de habitantes, y
al llegar a la guest house le pregunté al encargado por algunos lugares que
había visto en el mapa que quedaban cerca. Me dijo que cualquiera de esos dos
eran a no menos de 50 cuadras, pero que ellos justo tenían que salir y que me
podían llevar gratis a donde quisiera y de paso me llevaban a un buen
restaurant. Era obvio que me querían llevar a su restaurant. Cordialmente negué
la propuesta y subí a la habitación, agarré el mapa y vi que los lugares por
los que les pregunté efectivamente eran cerca. Bienvenido a la India! Al bajar
y querer salir, casi no me dejan salir insistiéndome en querer llevarme. Fue un
momento incómodo hasta que medio que me escapé.
Dicho encargado era de la religión sijista, que no se cortan el pelo
ni se afeitan en toda su vida. Con el turbante, una mirada sumamente intensa y
la oferta de taxis gratis, era un tipo intimidante y que no me dejaba muy
tranquilo. De nuevo en la guest house luego de las vueltas por Delhi, le
pregunté la clave del wifi. Me miró fijo y me dijo “I was looking for you” (“te
estaba buscando”). Sinceramente, luego de haberme “escapado” y habiendo
rechazado su “amable gesto” del taxi gratis, ese comentario me asustó. Le pregunté
por qué me buscaba y me dijo que no me buscaba, sino que esa era la clave.
India es un país con muchas particularidades. Una de ellas es que en India habita un cuarto
de las vacas del mundo. Estos animales son considerados sagrados e iguales a la
vida humana, ya que son percibidas como símbolo de abundancia, y como la
"segunda madre" de las personas, dado que sirven incondicionalmente a
los seres humanos sin pedir nada a cambio. Además
de la protección por motivos religiosos, las vacas cuentan con protección legal
en la constitución ya que se considera delito matar a una vaca. Por estas razones es común observar a las vacas con
total libertad caminando por las calles. Luego de verlas por las calles, cuando fui a comer por
primera vez en India, en el menú aparecía una cheeseburger (hamburguesa con
queso). Sorprendido, pedí para ver de qué se trataba y era un pan con queso!
Luego de un poco de paseo por la zona del hotel, al día siguiente me
fui en tren a Agra. Los trenes en India es el transporte más común entre
ciudades. India
cuenta con una red ferroviaria de más de 63.000 kilómetros que transporta
diariamente a 16 millones de personas. La empresa estatal Indian Railways es
una de las 10 empresas con mayor cantidad de empleados del mundo con más de un
millón y medio de empleados. Los trenes cuentan con 6 clases: desde primera con
cómodas camas y aire acondicionado hasta una última clase con bancos de madera
y en donde uno no tiene reservado un lugar.
Llegué a Agra y me tomé un Autorickshaw hacia el
hotel. Los autorickshaw, también conocidos como tuk tuks o triciclos, son motos
de tres ruedas con una cabina para poder transportar más de una persona. Es un
medio de transporte ampliamente utilizado en la India. Tienen contador de
fichas, pero cuando un turista sube generalmente dicen que está roto, por lo
que hay que arreglar el precio desde antes. Por la cantidad de unidades en las
calles de India, el gobierno de India obligó en 1998 a pasar todos los autorickshaw
del Delhi a cambiarse a GNC (Gas Natural Comprimido). Hoy en día la mayoría que
se ven en las calles de todo el país son a GNC, aunque siguen habiendo
gasoleros.
En Agra fui a ver el Taj Mahal, el cual es el ícono
más importante de la arquitectura mogol, y es considerado una de las 7
maravillas de la Arquitectura Moderna. Fue construido bajos las órdenes del
emperador musulmán Shah Jahan, quien decidió erigir semejante monumento como
homenaje a su esposa Mumtaz Mahal, tras fallecer dando a luz al decimocuarto
hijo del emperador. Es considerado el mayor monumento construido por amor.
La construcción requirió de más de 20.000 obreros
durante unos 23 años. Se dice que al terminarse la obra, el emperador hizo que
se le cortaran las manos a los obreros para que jamás se viera otra obra igual.
Una genialidad arquitectónica del Taj es que fue
construido sobre un basamento de 7 metros de altura, lo cual hace que siempre
que se ve de frente se ve con el cielo de fondo.
Para recorrerlo me alquilé una audioguía en español. Saqué decenas de
fotos y también me saqué fotos con gente que se quería sacar una foto conmigo
(esto es común que lo hagan con gente blanca). Quise mi foto “agarrando de
arriba el Taj”, pero nadie me la pudo tomar bien.
Al día siguiente alquilé una bici y di algunas vueltas en la mañana.
En la tarde caminé por muchos lugares y por momento pensaba que era mi tarde
más aburrida en todo el viaje, hasta que ocurrió algo inesperado. Al sentir
unas trompetas, seguí el ruido y vi decenas de personas agrupadas. Lo que
estaba viendo era un Barat Nikasi, y es básicamente el camino del novio desde su casa hasta
el lugar donde se va a casar, subido a un caballo blanco, precedido por una
orquesta y rodeado de vecinos y amigos que lo acompañan bailando al ritmo de la
música. Impulsado por mi
curiosidad, me acerqué y me invitaron a bailar. Luego de casi una hora bailando
y caminando llegamos al lugar de la ceremonia. No todo el mundo
asiste al Barat Nikasi, por lo que al llegar al lugar de la ceremonia ya había
mucha gente que estaban hace rato comiendo. Al llegar fui rodeado de niños y, siendo el único
blanco, acaparé mucho la atención. Eso hizo que algunas personas me miraran con
cara poco simpática. Además, como faltaban como dos horas para la ceremonia,
decidí irme para luego volver.
Debido a que las calles en Agra son muy angostas y como un gran
laberinto, al querer volver dos horas después me perdí. Pero volviendo al hotel
de casualidad encontré otro desfile y sin que me invitaran demasiado me mandé a
bailar nomás. Al verme me invitaron a la ceremonia.
Al llegar al lugar decenas de mujeres de la familia le realizan
bendiciones al novio, pintándole la frente, dándole de comer y regalándole
plata. Luego el novio va a un sillón en un escenario y se queda a esperar unas
dos horas por lo menos hasta que llega la novia, mientras recibe saludos de
familiares y amigos. Mientras, los invitados comen, charlan y hasta bailan. Yo
me dediqué a comer y hacer sociales. Después de un rato, nuevamente por
acaparar la atención, me invitaron a retirarme diciéndome que mi hotel estaba
cerrando. Al salir vi que la novia estaba llegando, y eso fue el fin del
casamiento para mí.
Sobre los matrimonios, vale la pena destacar que la mayoría siguen siendo
arreglados en India, al punto de que existen páginas webs para conectar familias
que buscan parejas para sus hij@s. El matrimonio se respeta para toda la vida
en la mayoría de los casos, por lo que la tasa de divorcios es muy baja. La
mitad de las mujeres se casan siendo menores de edad.
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Página web en la que se busca armar parejas |
Mi siguiente destino fue Varanasi, también conocida como
Benarés, que es una ciudad que se calcula que tiene 3.000 años de antiguedad y
es ciudad sagrada para los hindúes. Es la ciudad de Shiva, uno de los
principales dioses hindúes.
La ciudad cuenta con más de 80 ghats, que son
escaleras para acceder al río desde la ciudad. Todas las noches a las 19:00
horas en el Dasaswamedh Ghat se celebra una ceremonia religiosa que es una
ofrenda al Ganges.
El Río Ganges es sagrado para los hindúes. Los
viejos y enfermos de todo el país llegan al Ganges para esperar su muerte, ya
que creen que morir a orillas del sagrado Ganges completa el ciclo de la
reencarnación, acercándolos a la liberación de su alma. Cadáveres de toda India
llegan a Varanasi para ser cremados. Debido a motivos de respeto a los
familiares de los fallecidos, no dejan sacar fotos en la zona.
Los cadáveres se colocan sobre unas camillas de
bambú cubiertas por una tela. Luego se ubican arriba de la leña fríamente
calculada para la incineración. La cantidad y el tipo de leña depende de cuánto
pueda pagar la familia, siendo el costo mínimo unos U$S 200. Las cremaciones
duran aproximadamente 3 horas. Los familiares de un fallecido que no pueden
pagar la cremación en las orillas del Ganges, o bien creman el cuerpo en el
crematorio eléctrico o directamente arrojan el cuerpo al río.
Las mujeres no pueden estar en los funerales, ya que
sus llantos hacen que el alma no pueda ser liberada a Nirvana, estado de calma
y liberación, si alguien la está reclamando de vuelta. Debido a los restos
humanos, cadáveres humanos y de animales más la contaminación de fábricas, el
Ganges es uno de los ríos más contamidos del mundo. Sin embargo, poco parece
importarle a los hindúes que lo consideran sagrado y lavan su ropa, se bañan y
hasta se lavan los dientes ahí.
Pasé dos días en Varanasi a la agradable temperatura de 44 grados. Esa
temperatura me mató, entonces decidí irme a la montaña. Grave error dado que no
tenía ropa de abrigo y pasé de calor extremo a unos 6 grados de un día para el
otro.
El destino elegido fue Manali, una ciudad en el Himalaya, donde los locales
llegan comúnmente de luna de miel y los turistas llegan para disfrutar las aldeas
hippies y para practicar deportes extemos. En mi caso me hice amigo de unos
israelíes y con ellos fui a hacer Zorbing, que es una especie de rueda de
hamster que gira desde el tope de la montaña hacia abajo (ver video). Pasé unos 2
días en Manali con frío pero pasándola bien al lado de la estufa del resturante
del hotel, o bajo una montaña de frazadas. Además, como si fuera poco,
accidentalmente metí los pies en cemento y tuve que lavar los championes, no
tenía calzado de abrigo alguno!
El final del viaje fue en
Delhi, donde me quedé en la casa de un uruguayo. Mi tocayo de apellido
Bastarrica es amigo de mi hermano Federico. Por su trabajo estaba 3 meses en
Delhi. La primer noche ahí fuimos a una reunión con gente de su oficina. Los
otros dos días Felipe se sintió muy mal del estómago por lo que se pasó en
cama. Una lástima!
Para terminar, comento
otras particularidades de India:
En el medio de la calle, a plena luz del día a uno
le pueden venir ganas de orinar. En India no siempre es problema para los
hombres, ya que existen “meaderos” como el de cualquier baño público. Entonces
uno puede estar orinando con mujeres y niños que le pasan a la espalda.
El tráfico en India es verdaderamente agotante;
constantemente se tocan bocinas y más bocinas, al punto que parece un deporte.
Está bien visto tocar bocina ya que se le señala a quien viene adelante por
donde viene uno. Los locales están tan acostumbrados que dentro del caos
identifican de dónde viene la bocina y eso evita choques. Curiosamente, a pesar
del caos, no vi choques en dos semanas.
La sociedad india es muy tradicionalista y el
sistema de castas sigue estando vigente, determinando las restricciones
sociales y la estratificación social. El modelo de familia es muy respetado y
los indios acostumbran a vivir en hogares multigeneracionales. Es común
observar familias enteras movilizándose yéndose de vacaciones o simplemente a
pasar un domingo a un parque.
No es extraño que la gente mire a los turistas sin
ningún tipo de disimulo. Los indios miran fijo y mantienen la mirada. Y suelen
pedir fotos: cuando me pedían algunas veces les di mi cámara. Dejo algunas que
me tomé con indios.
Este me dijo “You, Titanic!” jajaj |
Cierro con 2 fotos muy buenas. La primera un mono comiendo helado, espectacular! La segunda, cuidado con el menú (para quienes saben inglés, tengan cuidado lo que eligen).
Hasta aquí llega mi contribución al blog, espero que lo hayan disfrutado. Quedan algunas entradas de Santi sobre Asia, y quien sabe también sobre Europa.
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